Cristo advirtió, “Cuando ustedes vean lo anunciado por el profeta Daniel: el ídolo del invasor instalado en el Templo (que el lector sepa entender), entonces los que estén en Judá huyan a los montes…Porque será una prueba tan enorme como no ha habido igual desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás la volverá a haber. Y si ese tiempo no fuera acortado, nadie saldría con vida. Pero Dios lo acortará en consideración a sus elegidos.” (Mateo 24:15-22). Obviamente, el establecimiento de la “abominación de la desolación” es uno de los evento más importantes que señalan el comienzo de la Gran Tribulación. ¿Pero que es esto? ¿Dónde se va a establecer? ¿Quién, o qué, lo representa? ¿Cuándo se establecerá? Mateo advirtió, “Aquellos que leísteis, dejadle entender”, de esta forma Dios piensa que nosotros deberíamos entender qué significaba Cristo, no ser ignorantes acerca de unos los eventos más importantes de la historia futura.
La extraña advertencia de Cristo sobre “la abominación de la desolación” significa, literalmente, “la abominación de los desolados”, que todas las autoridades generalmente creyeron que era un ídolo, un aparato para adorar, para ser colocado en el lugar sagrado por el individuo que destruiría Jerusalén, o que causara “desolación”.
Una “abominación” es algo que Dios detesta, y viene de la palabra Hebrea shakaz, de un ídolo; algo, o alguien que es venerado en lugar del verdadero Dios.
Cristo afirma específicamente que Él se estaba refiriendo a la misma cosa que se escribió en el libro de Daniel. La profecía de Daniel menciona esta “abominación” varias veces: Daniel 9:27, 11:31 y 12:2. Estas escrituras identifican, simbólicamente, al perpetrador.
De la profecía de Daniel, Kitto dice, “Esto parece haber sido la predicción de la contaminación del tempo por Antíoco Epífanes, que provocó que se construyera un altar idólatra sobre el altar de las ofrendas quemadas, en el cual cosas sucias fueron ofrecidas a Júpiter Olimpo, a quien el tiempo estaba dedicado” (Encyclopedia of Biblical Literatura, John Kitto, Vol. 1 p. 22).
Daniel habló de un “pequeño cuerno” saliendo de entre los diez cuernos de la bestia como símbolo de un gobierno, o un dictador, que tendría éxito en derrocar a los tres reyes sucesivos, entonces tendría influencia sobre las siete cabezas finales del Sacro Imperio Romano. Veremos más de este “pequeño cuerno” más tarde en este artículo.
De la abominación de la desolación y del que lo puso en su lugar, Daniel dijo: “Se agrandó hasta llegar al Jefe del Ejército y le suprimió el sacrificio perpetuo; el lugar de su Santuario fue avasallado” (Daniel 8:11).
El Critical and Experimental Commentary dice, “Aunque robó de sus tesoros, no fue estrictamente abatido por Antíoque; de modo que un logro mayor vendrá en el futuro. Antíoque quitó el sacrificio diario durante unos años; los Romanos, durante muchos años, abatieron el tempo; y el Anticristo, en conexión con Roma, el cuarto reino, lo hicieron de nuevo, después Judíos en su propia tierra, aún sin creérselo, han reconstruido el templo y reinstaurado el rito Mosaico” (Faussett, Vol. 4, p. 427, propio énfasis).
Obviamente, mientras que Antíoque reinó cientos de años antes de Cristo, su profanación del templo fue sólo un indicador de la profecía de Daniel, que se refiere al tiempo del final (Daniel 12:4-11).
Un segundo indicador de este evento profetizado tuvo lugar poco después de la profecía de advertencia de Cristo de Mateo 24:15, en la destrucción de Jerusalén por el ejército de Tito. “Esto puede hacer probablemente referencia al avance del ejército Romano contra la ciudad con sus estandartes coronados con imágenes, a los cuales se les pagaron honores idólatras, y los que los Judíos creían ídolos. La inesperada retirada y turbación de las fuerzas Romanas ocurrió tal como si fueran conscientes de que la profecía del Salvador fuera una oportunidad de obedecer la orden que contenía. (p.e. Cristo advierte [Mat. 24.16] de que deberían haber “huido a la montaña”)” (Kitto, Vol. 1, pp. 22, 23).
Hubo más tarde otra abominación más específica del lugar sagrado construido por el emperador Adriano, quien con “…estudiados insultos a los Judíos, colocó la figura de un cerdo sobre la puerta de la ciudad de Belén que se alza sobre el lugar y ruinas de Jerusalén (Euseb. Chron., 1, i. p. 45, de. 1658), pero erigió un templo a Júpiter sobre el lugar del templo Judío y creó una imagen de sí mismo para ser colocada en la parte que respondía al lugar más sagrado” (ibid. Vol. 1, p. 23).
Estas abominaciones, que tuvieron lugar sobre un amplio período de la historia, no son la culminación de la profecía final de Cristo. Note de nuevo el ajuste de tiempo en la profecía de Cristo en Olivet: “Cuando ustedes vean lo anunciado… el ídolo del invasor instalado en el Templo, entonces los que estén en Judá huyan a los montes. Porque será una GRAN TRIBULACIÓN tan enorme como no ha habido igual desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás la volverá a haber.
“Y si ese tiempo no fuera acortado [por la Divina intervención de los signos y plagas celestiales de Dios y la Segunda Venida de Cristo], nadie saldría con vida. Pero Dios lo acortará en consideración a sus elegidos” (Mateo 24:15-22).
La advertencia en relación a que la abominación final se colocará en el “lugar sagrado” está directamente conectada con el principio de la Gran Tribulación, que tiene como una de sus características principales el horrible martirio de los santos (Daniel 7:20-21; Mateo 24:9).
Note: “Todo esto es el principio de la tristeza [tribulación].”
¿Qué ES “La Gran Tribulación”?
Cristo dijo que la tribulación podía ser un momento sin igual en toda la historia. Note lo que Daniel escribió: “En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro…” (Daniel 12:1).
No puede haber dos tiempos iguales, para cada uno de ellos es la excepción del peor momento de “problema”, significa sequías, hambrunas, enfermedades epidémicas, el desencadenante de lo horrible, armas de destrucción masiva en guerras que nunca habían tenido lugar desde el principio de la civilización.
Pero espere. Daniel dijo, “En aquel tiempo…” (Daniel 12:1). ¿En qué tiempo? El salto de capítulo interrumpe un flujo de pensamiento desde Daniel 11:40. Lea los cinco versículos cuidadosamente, desde Daniel 11:40 hasta 45.
El “rey del sur” fue, antiguamente, uno de los Ptolemaicos de Egipto, una dinastía inferior a la de los faraones que desataron la guerra contra Siria. Siria y Egipto fueron dos de los cuatro reinos más pequeños entregados tras la muerte de Alejandro (Daniel 11:4). El “rey del norte” era, a menudo, el mismo Antíoque Epífano que colocó la abominación de la desolación.
Pero la profecía es enunciada específicamente para ser en un tiempo determinado de la historia, “el TIEMPO DEL FIN” (Daniel 11:40).
Por lo tanto, Ptolomeo Soter y Antíoque Epífano no son más que clases de representaciones históricas de los dos líderes humanos que serán usados para completar esta profecía final.
Probablemente, el hombre que complete el rol de “rey del sur” será un líder Árabe. Él “oprimirá” al “rey del norte”, que es el mismo personaje que la bestia de la profecía Bíblica, como veremos. La expresión “oprimir” parece caer cerca de una agresión armada. ¿Es algún tipo de afrenta política? ¿Podría ser un embargo de petróleo, o una amenazadora interrupción de la energía a Europa y el resto del mundo? Debido a la ocupación de Kuwait por Saddam Hussein y la resultante concentración de fuerzas y suministros militares de casi treinta naciones en la región del Golfo Pérsico, muchos se ven tentados de asignar a Saddam el rol de uno de los dos, el del “rey del norte”, o el del “rey del sur”.
Verdaderamente, Saddam Hussein está “oprimiendo” a los demás. Pero, ¿está “oprimiendo” a alguien llamado “el rey del norte” o a algún líder político/militar moderno que esté completando ese rol?
NO, Hussein está “oprimiendo” a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, la Unión Soviética, Israel, Japón, Arabia Saudí, de hecho, al mundo entero. La respuesta a Saddam Hussein no es una consiguiente ocupación de Israel, Egipto y otros países cercanos por algún poder del norte, sino el desarrollo de cientos de miles de tropas dentro de Arabia Saudi.
Note que la reacción del “rey del norte” no es un largo embargo económico, o estado de guerra en el Golfo Pérsico, sino un ataque rápido dentro de Israel, y “muchos países” de la región, incluyendo Egipto (Daniel 11:40-42).
No es Europa, ni los Estados Unidos quien amenaza con invadir Israel en la crisis actual, sino Sadda Hussein de Iraq. Estudie Daniel 11:40-45 detenidamente, y no se deje engañar por aquellos que saltan sobre conclusiones imposibles, o se ponen histéricos sobre la cercanía del “Armagedón”.
Israel y Egipto serán ambas ocupadas por este “rey del norte” al final de los tiempos. Daniel 11:40-45 descarta absolutamente la posibilidad de que el “rey del norte” pueda ser un líder Islámico, ya que Egipto es una nación Islámica, la más grande en población de todo el Islam. Egipto es Árabe, y aunque actualmente cumple con los tratados de Camp David, está sin embargo incondicionalmente unida religiosa y emocionalmente con el resto de naciones Árabes en reclamar la retirada de Israel de los “territorios ocupados”. Ningún otro estado Árabe ocuparía Egipto. Este es el último líder del “Sacro Imperio Romano” que siempre fue un poder Germánico. El rey del norte es la bestia final de la profecía.
Entonces, ¿cuándo entra violentamente este poder militar del norte en Israel? “En aquel tiempo del fin” dice Daniel. Y entonces, leyendo el capítulo 12, versículo 1, vemos en la profecía de Daniel que “En aquel tiempo” se alzará Miguel, será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En otras palabras, la gran tribulación. De modo que la tribulación comienza en el mismo momento que el rey del norte invade Palestina.
La advertencia de Cristo a cerca de la abominación de la desolación incluía está invasión a Palestina por los ejércitos. Esas fuerzas son identificadas en Daniel 11:40-45 como fuerzas del rey del norte. Cristo dijo, “Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima” (Lucas 21:20).
¿Sobre Quién Desciende Esta Gran Tribulación?
Cristo advirtió, “entonces [cuando comience la abominación de la desolación] los que estén en Judá huyan a los montes… Él continúa diciendo que el vuelo es muy urgente; de manera súbita, que uno no debería volver a recuperar ropa, o artículos del hogar, incluso ni alimento. Él advirtió, “Si estás en la azotea de tu casa, no te demores ni bajes a buscar tus cosas:
“Si te hallas en el campo, no vuelvas a buscar tu manto” (Mateo 24:16-18).
Aquellos a los que se les aplica esta advertencia no leerán sobre el inminente ataque en sus periódicos semanales, ni los verán en programas televisivos durante meses hasta el momento en el que ocurra DE REPENTE, con una rapidez asombrosa. La escena definida por Cristo es la de un día normal de trabajo en la que un hombre pueda estar en el campo, su mujer en lo alto del tejado, tendiendo la colada.
Por lo tanto, de repente, cuando la gente menos se lo espere, fuerzas militares atacantes se verán alrededor de Jerusalén.
En el Jerusalén de los tiempos de Cristo, las casas estaban adosadas unas a otras. Los tejados eran planos, con parapetos, y se usaban para sentarse y hablar, tender la colada, como zonas de juego para los niños, incluso para dormir por las noches en días calurosos. Comúnmente, las familias levantaban refugios temporales de hojas de palma y ramas, y se mudaban a estas pequeñas casetas durante la Fiesta de los Tabernáculos.
Los rabinos escribieron sobre el “camino de los tejados”, por lo cuales uno podía caminar atravesando los tejados de varias casas adosadas, después bajar a la calle sin tener que volver a su propia casa. Cristo hizo referencia a esta práctica en su advertencia.
La profecía de Daniel dice que la tribulación es el momento cuando Miguel se alzará. Miguel es identificado como “Miguel vuestro príncipe” (Daniel 10:20-21) un arcángel que es príncipe de Israel. El 12º capítulo dice que Miguel se alzará “por lo niños de Israel”, los niños de la gente de Daniel, que era un noble de Israel.
La profecía de Cristo señala específicamente eventos que ocurrirán en Jerusalén; en el Medio Oriente y en Palestina. Pero la Gran Tribulación tendrá efectos globales, como Cristo dijo, al igual que Daniel, que será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. Él también dijo que si Dios no interrumpía este horrible momento de tribulación global, ningún hombre, mujer, o niño sobreviviría (Mateo 24:21-22). Por lo tanto, mientras que los acontecimientos en Jerusalén muestren signos positivos de que la tribulación está empezando, la tribulación no está confinada en Palestina, y en la ciudad de Jerusalén.
Aún así, por las advertencias de Cristo, vemos que es evidente que la gran tribulación comienza en Jerusalén; en Palestina, con el establecimiento de una “abominación”, que causa desolación, o destrucción. Específicamente, la abominación se establecerá en el templo, pero ya no existe ningún templo. La terrible pérdida de vida representada por Cristo dio comienzo en Jerusalén y en áreas vecinas a la nación actual denominada “Israel”. La austera advertencia de Cristo, junto con las profecías de Daniel, muestran Jerusalén ocupada por un poder militar del norte.
Pero los Judíos en “Israel” no son más que una tribu, con quizá incrementos de otras dos Judá, junto con algunos de Leví y Simeón. Había trece tribus en total, contando las dos medias-tribus de José, Efraín y Manasé.
Las diez tribus del norte, con una dinastía de reyes separada comenzando desde los tiempo de Jeroboám, y una capitolio nacional separado, fueron llevados cautivos durante mucho por los reyes Asirios antes de la cautividad de Judá. Las diez tribus desaparecieron entre las sombrías estepas entre los mares Negro y Caspio durante los años 721 a 718 A.C. No fue hasta el 540 A.C., unos 178 años después, que Judá fue capturada dentro de Babilonia.
La mayor parte de aquellos Israelíes deportados nunca volvieron a Palestina. Emigraron a lo largo de los valles de los ríos hacia Europa, y hacia las Islas Británicas.
Jacob, el nieto de Abraham, fue renombrado “Israel” después de su tenaz encuentro con Dios, lo que se detalla en el libro mencionado arriba.
Jacob tenía doce hijos, cada uno de ellos se convirtió en antecesor epónimo de una gran tribu de gente. Jacob fue llamado “Israel” por el momento de su renombre. Judá, uno de sus hijos, junto con grandes porciones de Simeón y Leví, pasaron a ser llamados la “Casa de Judá”, mientras que Manasé, Efraín, Gad, Aser, Dan, Neftalí, Benjamín, Rubén, Isacar y Zabulón pasaron a llamarse la “Casa de Israel”. Las dos no son nunca sinónimas en la Biblia. Hay cuatro libros de la Biblia detallando las historias de separación nacional de estas dos naciones claramente diferentes; diferentes dinastías de reyes, diferentes territorios, diferentes capitolios nacionales, diferentes idiomas, culturas y religiones.
La primera vez que se usó el “apodo” para Judá, “Judío”, nunca se usó en la Biblia, los Judíos estaban en guerra con Israel.
No Sólo los Judíos en Israel Sufrirán la Tribulación
Ahora, note que la Gran Tribulación viene no sólo sobre los Judíos en la nación moderna llamada Israel, sino sobre la “Casa de Jacob” y “La Casa de Israel” también.
“¡Ay! ¡Porque es grande este día y como él [un momento incomparable exactamente como descrito en Mateo 24:15 y Daniel 12:1 el mismo momento de la Gran Tribulación] no habrá otro igual! Es una época de catástrofe para Jacob, de la que, sin embargo, se salvará” (Jeremías 30:7).
¿Qué es la Gran Tribulación? Es un tiempo de horrible sufrimiento; enfermedades, hambrunas, inanición y la espeluznante muerte de millones de personas como resultado de una guerra terrible que se distingue por las horrorosas armas de tecnología moderna que está por llegar a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Candá, Australia, Sudáfrica y muchas de las democracias del noroeste de Europa. Tendrá especial impacto en la moderna nación llamada “Israel”, los Judíos en Palestina.
Tito Era un Predecesor
Lea la sombría Profecía Olivet de Cristo de nuevo. Él dijo, en relación al templo y sus grandes edificios y muros, “…¿Ven todo eso? En verdad les digo: no quedará ahí piedra sobre piedra. Todo será destruido” (Mateo 24:2). Después, Él dijo, “Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero por un testigo [un testigo EN CONTRA de ellos], y todas las naciones oirán el mensaje; DESPUÉS vendrá el fin” (Mateo 24:14).
La Buena Nueva no fue predicada por nadie excepto unos pocos anteriores a la muerte de Cristo. Él habló en parábolas misteriosas a las masas (Mateo 13:10-17), explicando a Sus discípulos que aún no se había entregado a su entendimiento.
No fue hasta después de Su resurrección, y Su aparición a Sus discípulos (Hechos de los Apóstoles 1:7-8) que Él les dijo que se extendieran desde Palestina, hasta “todas las partes del mundo”, predicando su Buena Nueva.
En el 70 D.C., sólo unos pocos comparativos habían oído la Buena Nueva del Reino de Dios. No se había predicado de ninguna manera como testigo al mundo. Además, Cristo dio esto como un pre-requisito muy importante para el establecimiento de la abominación de la desolación. Dios no abandonaría el mundo sin un testigo. Dios no permitiría que nadie llorara quejosamente, “¡Pero nunca lo contaste!” Al igual que Él envió a varios de Sus profetas a proclamar altamente los inminentes castigos nacionales próximos a la Casa de Israel de las diez tribus mucho antes de su destrucción detallando sus horribles pecados; su desafiante y terca revelación a Dios; su ruptura con el Sábado y la consiguiente idolatría; justo como Él envió a varios de sus profetas a advertir a Judá de su inminente destrucción por los ejércitos Babilónicos; justo como Cristo advirtió a Su generación (Mateo24) de la inminente destrucción de Jerusalén por Tito; POR ESO DIOS ESTÁ ENVIANDO ADVERTENCIAS Y TESTIGOS A ESTE MUNDO, HOY.
La mayoría de los llamados evangelistas reaccionar ante el llanto del pueblo, “predica cosas tranquilizadoras, habla mentiras” (Isaías 30:10) ¿Dónde, en la televisión semanal, en cientos de púlpitos a través de nuestras tierras, o en literatura religiosa, encuentra a aquellos que solemnemente cuentan a sus audiencias que nuestras naciones van a ser brutalmente CONQUISTADAS EN UNA GUERRA GLOBAL a menos que nos arrepintamos de nuestros pecados personales y colectivos?
Cristo advirtió, “…y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera” (Lucas 13:3,5).
Cuando los ejércitos de Tito destruyan la ciudad de Jerusalén, decenas de cientos de Judíos serán asesinados.
También, entre ellos, innumerables había escuchado la advertencia de Cristo, y las advertencias de Sus fieles apóstoles y ministros en los años que siguieron. En lugar de arrepentirse, ellos negaron a Cristo, y pronto empezaron a matar y encarcelar a Sus apóstoles.
Excepto unos pocos Judíos que huyeron a Pela después de que el gran sacerdote supuestamente oyera una audible voz en el templo, diciéndole que huyera (de acuerdo con Josephus), el grueso de la población experimentó un holocausto. La dura advertencia de Cristo se había hecho realidad.
Los soldados apreciaron vagamente hasta las piedras en lo alto de los muros del templo. El templo fue finalmente destruido. Pero Cristo anunció específicamente que, inmediatamente después de la Gran Tribulación, vendrían señales celestiales espectaculares.
“Después de esos días de angustia, el sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas [meteoritos] del cielo y se bambolearán los mecanismos del universo:
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la tierra se golpearán el pecho, verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con el poder divino y la plenitud de la gloria” (Mateo 24:27-30).
Por lo tanto, la profecía de Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 es dual; tiene una ejecución típica y temprana, y una ejecución al final de los tiempos final y literal. Jerusalén está destinada a ser destruida de nuevo a menos que sus habitantes se arrepientan.
No hubo marcas celestiales en la destrucción de Jerusalén por los ejércitos de Tito; Cristo no vino con el poder de Dios Todopoderoso, agitando los cielos, causando que el sol se volviera negro como un cilicio de cenizas.
Por lo tanto, está por venir, de nuevo, otra destrucción de Jerusalén. Será señalada por el emplazamiento de la abominación que crea desolación.
Entonces, ¿quién establecerá esta abominación?
El “Pequeño Cuerno” de Daniel
Los cuatro grandes y sucesivos imperios dominantes del mundo de Babilónico, Persa, Greco/Macedónico y Romano son descritos tanto en Daniel 2 como en Daniel 7. En la conclusión de la descripción del final de uno de estos reinos, ROMA, Daniel dice, “y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los siglos” (Daniel 7:18).
Daniel entonces dice, “Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal [Roma], que era diferente de todos los demás, extremadamente horrible, y que tenía dientes de hierro y garras de bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas;
“y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno [un “cuerno” , o gobernador; diferente, separado; un dictador] que se había elevado y ante el cual habían caído tres” (Daniel 7:19-20).
Esta profecía muestra que los diez “cuernos”, o gobiernos, fueron sucesivos, y no contemporáneos entre ellos. Que este “pequeño cuerno” no es uno de los diez sucesivos es igualmente obvio, para este es “otro” cuerno que está por emerger.
Note la descripción, “Yo observaba los cuernos [los diez] , y vi otro cuerno, pequeño, que se elevaba entre ellos. Tres de los cuernos anteriores [estos probablemente fueran los Vándalos, Ostrogodos, y los Heruli] fueron arrancados delante de él, y sobre este cuerno había unos ojos como de hombre y una boca que hablaba con insolencia.
“Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura… un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros” (Daniel 7:8-10).
Esto es una clara referencia a la Segunda Venida de Cristo, el comienzo de Su reinado milenario, y el día del juicio final. Además, la profecía empieza con la emergencia del “pequeño cuerno”; diferente de los demás, distintívamente diferente, quien tiene éxito al destronar, o arrancar, los tres primeros “cuernos” o gobiernos, de la cuarta bestia de Daniel 7.
Faussett dice, “El Anticrito asciende tras su ascenso, al principio es ‘pequeño’, (l. 8) pero tras destruir tres de los diez se hace mayor que todos ellos (l. 20,21). Una vez que ha eliminado tres, se convierte en el octavo (cf. Rev. Xvii. 11); un líder distinto, además ‘de los siete’ (Critical and Experimental Commentary, Vol. IV. p. 422, propio énfasis).
Ahora, ¿qué es de la “boca que habla grandes cosas”?
Daniel dice, “y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había elevado [el ‘cuerno pequeño] y ante el cual habían caído tres [los tres primeros, sucesivamente]; es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros.
“Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía sobre ellos,” (Daniel 7:20-21). Demasiado para la idea de santos “embelesados” que no estaban en la tierra en el momento de la tribulación, o “santos” especiales que se esconden en cuevas. Note que esto se aplica literalmente a los dos últimos testigos, que son asesinados por el poder del Anticristo (Apocalipsis 11:7), y además se aplica a la iglesia (Apocalipsis 13:7).
Este “cuerno pequeño” representa algún tipo de gobierno que persigue a la verdadera iglesia de Dios.
Cuatro momentos distintos en el séptimo capítulo de Daniel, la profecía comienza con las visiones de la cuarta bestia (Roma), siendo controlada por un “pequeño cuerno” que destrona a los tres primeros gobiernos sucesores de Roma, pero que sigue existiendo en el momento del final, persiguiendo la verdadera iglesia, para ser finalmente destruida por Cristo, en Su Segunda Venida.
En otras palabras, la Biblia “data” el momento del “cuerno pequeño”, identificándolo como un poder, o gobierno, que activamente perseguirá al pueblo de Dios en el momento del retorno de Cristo.
Ahora, ¿quién hace de esta persecución qué poder, o gobierno, sea responsable del martirio de los verdaderos siervos de Dios?
“Y él [el mismo “pequeño cuerno”] hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los ellos [los Santos] serán puestos en sus manos por un tiempo [un año], dos tiempos [dos años más] y la mitad de un tiempo [seis meses, o medio año; tres años y medio en total].
“Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea destruido y aniquilado definitivamente” (Daniel 7:25-26). esto muestro un período de terribles persecuciones y martirios en tres años y medio. Y este es el tiempo del final, desde el principio de la tribulación hasta la Segunda Venida de Cristo.
Este “pequeño cuerno” simboliza un líder humano que se siente en una posición lo suficientemente poderosa para evaluar los cambios de tiempos y leyes.
Los Tres Años y Medio
Daniel oyó que un ángel le preguntaba a otro, “¿Cuánto tiempo le llevará a la visión concerniente al sacrificio diario y la transgresión de la desolación [la abominación de la desolación] dar a ambos el santuario y el hospedaje para ser pisoteados?
“Y él me dijo, unos dos mil trescientos días; entonces el santuario será purificado” (Daniel 8:13-14).
De modo que la abominación de la desolación se establecerá en un lugar, profanando el santuario, durante tres años y medio.
Juan escribió, “Se postraron ante el dragón [Satán] que había entregado el poderío a la bestia y se postraron también ante la bestia [veneración a un estado de nacionalismo extremo] diciendo: “¿Quién hay como la bestia? ¿Quién puede competir con ella?”
“Se le concedió hablar en un tono altanero que desafiaba a Dios [la misma boca que la del “cuerno pequeño, significando el Anticristo; el gran falso profeta], y se le concedió ejercer su poder durante cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 13:4-5).
Cuando el Anticristo se instala, estableciendo la abominación, él continuará durante tres años y medio.
Note además: “Después me entregaron una vara de medir, diciéndome: Vete, mide el Templo de Dios y el altar, y haz el censo de los que vienen a adorar.
“No midas el patio exterior ni lo tomes en cuenta, pues ha sido entregado a los paganos, quienes pisotearán la Ciudad Santa durante cuarenta y dos meses” (Apocalipsis 11:1-2).
Durante este período de tres años y medio, toda predicación organizada de la Buena Nueva es imposible. La iglesia de Dios es diseminada, perseguida. (Amós 8:11). Algunos serán martirizados, otros serán milagrosamente protegidos del Anticristo.
Dios dice, “Cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz al varón [la iglesia], “Pero se le dieron a la mujer las dos alas del águila grande [símbolo de la protección milagrosa de Dios, cf. Éxodo 19:4] para que volara al desierto, a su lugar; allí será mantenida lejos del dragón por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo [tres años y medio].
“Entonces la serpiente vomitó de su boca como un río de agua detrás de la mujer para que la arrastrara.
“Pero la tierra vino en ayuda de la mujer. Abrió la tierra su boca y se tragó el río que el dragón había vomitado.
“Entonces el dragón se enfureció contra la mujer y se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, es decir, a los que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesucristo” (Apocalipsis 12:13-17).
Algunos han visto la “inundación” en términos históricos; el período completo de la dominación del “pequeño cuerno” sobre los líderes del Sacro Imperio Romano, y la “inundación” de doctrinas falsas, falsos gastos y propaganda arrojada por la boca de la mujer que conduce la bestia.
Algunos han pensado que es literal, un milagro creado por Satán, desde el cual los pueblos del Dios son enviados, como una especia de Mar Rojo. Cual sea su significado, Satán fracasa en su intento de destruir la iglesia de Dios.
Sin embargo, la Palabra de Dios dice que la gran falsa iglesia, liderada por su “hombre de pecado que es el Anticristo, perseguirá horriblemente a los santos de Dios. La Gran Tribulación incluye el martirio de muchos siervos de Dios (Mateo 24;9, Apocalipsis 13:7).
No todos los pueblos de Dios serán protegidos. Por ejemplo, los dos testigos, dos seres humanos que serán especialmente consagrados para ser los dos últimos profetas de Dios advirtiendo sobre la bestia y el falso profeta, serán asesinados por el Anticristo y la bestia.
El trabajo de los dos testigos tiene lugar en el mismo período exacto durante el cual la abominación de la desolación tiene lugar; el tiempo de “hundir el santuario”.
“Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días…Tienen poder para cerrar el cielo y que no caiga lluvia mientras dure su misión profética; tienen también poder para convertir las aguas en sangre y castigar la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran.
“Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará” (Apocalipsis 11:3-7).
Algunos han asumido que la iglesia al completo sera “tomada como un lugar de seguridad” durante tres años y medio. Obviamente no. ¿No son estos dos testigos miembros de la verdadera iglesia de Dios? ¿No serán convertidos, con el Espíritu Santo de Dios, y por lo tanto miembros del “cuerpo de Cristo” espiritual, que es la iglesia?
Además, Dios permite que se les martirice.
Al igual que Dios envió las plagas sobre Egipto mientras Israel estaba aún en la tierra de Gosén, marcando la “diferencia” entre Israelíes y Egipcios; al igual que el ángel muerto “pasó sobre” las casas de los Israelíes y asesinó al primogénito de Egipto, así Dios promete, “Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado” (Salmos 91: 1-9).
El pueblo cautivo Israelí de Dios es dibujado clamando a Dios en el tiempo de la horrible tribulación: “Vengan, volvamos al Señor: él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha golpeado, pero vendará nuestras heridas.
“Después de dos días [dos años cf. Números 14:34, Ezequiel 4:6] nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia” (Oseas 6:1-2).
Esta profecía es situada en medio de las duras advertencias de Dios a las diez tribus de Israel, especialmente la nación de Efraím, identificada por muchas indicación como Gran Bretaña.
Dios dijo, “Efraím será una desolación en el día del castigo [tribulación]; entre las tribus de Israel, yo hago saber una cosa cierta…Yo me iré, regresaré a mi lugar, hasta que ellos se reconozcan culpables y busquen mi rostro: en su angustia, me buscarán ardientemente” (Oseas 5:9-15).
La Tribulación, Signos Celestiales (Apocalipsis 6-7), y el Día del Señor caen dentro del mismo período de tres años y medio. Note que la abominación de la desolación está establecido, y continua “hasta la consumación” o los tres años y medio. Los dos testigos profetizan durante tres años y medio, y son asesinados sólo días antes del regreso de Jesucristo. El santuario es “derribado” durante tres años y medio, y después “purificado” por el regreso de Jesucristo.
Ahora puede ver cuan importante es estar atento al tiempo en el que se estableció la abominación de la desolación; ¡por qué Cristo advirtió a aquellos en Judá para que huyeran cuando la vieran venir! ¿Quién es el Anticristo? ¿Quién es el “pequeño cuerno” final con la boca de un hombre, pronunciando blasfemias?
¡Él es el “falso profeta” de la profecía, el líder de una iglesia!
La Mujer que Conduce la Bestia, Símbolo de la Gran Iglesia Falsa
Ahora, note la profecía de Juan: “El ángel me llevó en espíritu al desierto: era una nueva visión. Había allí una mujer sentada sobre una bestia de color rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Esta bestia estaba cubierta de títulos y frases que ofendían a Dios…” (Apocalipsis 17:3).
Una mujer es utilizada como símbolo de la iglesia. En este caso, una iglesia apóstata; una iglesia que está bajo la influencia de Satán; una iglesia dibujada vistiendo los colores de la prostitución, lleno de nombres que son insultos, blasfemias, a Dios. “La mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes, que eran las impurezas y la lujuria de la tierra entera…” (Apocalipsis 17:3-4).
Esta gran iglesia falsa, dirigida por Satán, tiene vestíbulo con los reyes, presidentes, jefes de gobierno, primeros ministros de las naciones de este mundo; una iglesia política, que busca imponer sus políticas sobre muchas naciones, muchas culturas. Dios llama a esas políticas prostitución.
Continuando, “…En su frente se podía leer su nombre, escrito en forma cifrada: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS PROSTITUTAS Y DE LOS ABOMINABLES ÍDOLOS DEL MUNDO ENTERO” (Apocalipsis 17:5).
Esta es una gran iglesia madre, que tiene hijas que la abandonaron en protesta. Ella viste los colores de la prostitución, usa nombres y títulos que son blasfémicos, y enseña doctrinas encubiertas de misterio.
Ella mantiene la misma “misteriosa religión” que data de la antigua Babilonia; del tiempo de Semiramis y Nimrod, los fundadores de la misteriosa religión Babilónica, y del tiempo de las ciudades organizadas y gobernadas por los hombres.
Sus principales enredos son el sol; inclinándose hacia el sol naciente en el este del antiguo día dedicado a “Ishtar” (Semiramis), pronunciado “Easter” hoy; veneran en Domingo en lugar del Sábado Sagrado de Dios; sancionan el uso de símbolos puramente paganos de reproducción sexual y fecundidad como orbes y bulbos, el lirio de “Ishtar”, símbolos fálicos, braguetas, óvulos, una variedad aparentemente infinita de los accesorios del antiguo paganismo.
Ella siempre ha luchado con la verdad de Dios, y perseguido a los siervos convertidos de Dios. Innumerables miles de personas han sido enviadas a morir por atreverse a mantenerse cerca de los Sábados, la sagrada Pascua de Dios, que siempre se ha mantenido en la tarde del 14 de Nisán por Cristo y Sus discípulos. Note más sobre la descripción de esta mujer:
Y observé que la mujer se había embriagado con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús. Esta visión me dejó muy sorprendido [atónito, sin aprobación]” (Apocalipsis 17:5-6).
Lea el capítulo completo, y verá esta falsa iglesia conducir la gran bestia, controlándola, influenciándola. Ella será fundamental para unir juntas las diez naciones final que forman la bestia. Es su influencia y doctrina lo que proporciona la “arcilla” de los diez dedos de los pies del segundo capítulo de Daniel; un fuerte agente unificador que no se mezcla con el “hierro” de la poderosa nación militar que dominará a las diez.
Ahora note cómo esta gran iglesia falsa es la misma entidad que la segunda bestia de Apocalipsis 13.
“Y entonces vi otra bestia saliendo de la tierra; y tenía dos cuernos como un cordero [semejante a Cristo], y hablaba como un dragón [como Satán: cf. Apocalipsis 12:9].
“Esta segunda bestia está al servicio de la primera [la primera bestia de Apocalipsis 13 es la misma bestia que la cuarta bestia de Daniel 7; representando el Imperio Romano desde el tiempo de los primeros emperadores Romanos, Y Rómulo que dio a Roma su nombre, hasta los últimos gobernantes del “Sacro Imperio Romano”] y dispone de todo su poder y autoridad; hace que la tierra y todos sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya herida mortal ha sido curada” (Apocalipsis 13:11-12).
La herida de muerte fue la caída del Imperio Romano en 476. Su curación fue en 554, cuando Belesario, victorioso en el Norte de África, fue fundamental al restaurar el poder de Roma. Note que a este falso líder religioso, el “pequeño cuerno” que quiso cambiar los tiempos y las leyes, que estaba lleno de nombres blasfémicos, y que martirizó a los santos de Dios le ha otorgado poderes Satán para realizar milagros.
“Realiza grandes prodigios, incluso hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de toda la gente. Por medio de estos prodigios que le ha sido concedido obrar al servicio de la bestia, engaña a los habitantes de la tierra y los persuade a que hagan una estatua en honor de la bestia que, después de ser herida por la espada, se había recuperado. Se le concedió dar vida a la estatua de la bestia, hasta el punto de hacerla hablar [tenía una “boca diciendo grandes cosas”] y que fueran exterminados todos los que no la adorasen” (Apocalipsis 13:11-15).
¿Dónde encuentra una gran iglesia global cuyo líder clame infalibilidad; la autoridad de cambiar “tiempos y leyes”, de establecer dogmas? ¿Dónde está la gran iglesia multilingüe, multinacional y universal que conduce sus ceremonias religiosas en misterios, simbolismos misteriosos, en rituales elaborados con varios significados ocultos? ¿Dónde hay una gran iglesia que sea una organización política poderosa, teniendo gran influencia sobre geopolíticos; sobre decisiones políticas como la elección de gobierno para masas de gente en diversas naciones diferentes?
¿Dónde está la gran iglesia cuyos líderes se visten de rojo y escarlata, los colores de la prostitución? ¿Dónde está la gran iglesia que proclama que es “eterna”?
¿Qué ciudad es la “eterna” ciudad, de acuerdo a la sabiduría popular; la ciudad de las “siete colinas”? La visión de Juan continuó, “Las siete cabezas son siete colinas sobre las que la mujer está asentada” (Apocalipsis 17:9). También dijo, “Esa mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que reina sobre los reyes del mundo entero” (Apocalipsis 17:18).
¿Qué ciudad puede proclamar haber gobernado sobre “los reyes de la tierra” durante la historia? Ciertamente ni Washington, D.C., o Londres, o Berlín, o Tokyo, o Moscú. ¿Cuál, entonces? ¿Dónde está la iglesia cuyo líder es invitado por los líderes políticos más poderosos del mundo, un líder de iglesia que tiene el poder de incitar a huelgas masivas, manifestaciones, rebeliones que puedan derrocar los sistemas políticos y traer revoluciones al gobierno?
Esta gran iglesia falsa es mencionada por Isaías.
Note; “Tú decías: Para siempre dominaré. Y no te fijabas en lo que sucedía, ni pensabas cuál sería el fin.
“Ahora, escucha esto, delicada, tú que te sientes tan segura y dices: «Yo [blasfemia, un nombre y título de Dios] , y nadie más; no quedaré viuda, ni perderé mis hijos.»” (Isaías 47:7-8).
¿Qué gran iglesia es llamada “madre” por las demás? ¿Qué iglesia tiene hijas protestantes que salieron de ella, y que ella confidentemente se jacta de que las traerá de vuelta al redil? (Pero sus hijas compartirán su destino: Isaías 47:9).
La profecía de Juan muestra cómo esta gran iglesia usa el poder del estado para llevar a cabo sus deseos: “Se le concedió dar vida a la estatua de la bestia, hasta el punto de hacerla hablar y que fueran exterminados todos los que no la adorasen.
“Hace, pues, que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se pongan una marca en la mano derecha [simbolizando cooperación, acuerdo, deseo, compromiso] o en la frente [simbolizando la misma mentalidad, cooperación aceptación, acuerdo]; ya nadie podrá comprar o vender si no está marcado con el nombre de la bestia o con la cifra de su nombre.
“Vean quién es sabio. El que sea inteligente, que interprete la cifra de la bestia. Es la cifra de un ser humano, y su cifra es 666.” (Apocalipsis 13:15-18).
La bestia es Roma, desde los tiempos de la Roma Imperial hasta el presente del tiempo final de la resurrección del mismo viejo sistema en el corazón de Europa, dominado por una gran religión, que seguirá dominando sobre las diez naciones.
La “imagen” es la iglesia que ha sido diseñada y construida a lo largo de las mismas líneas de la Roma Imperial, con la diócesis, la gran diócesis, un “collegia” o “colegio de cardenales”, y un gobernador absoluto, clamando la “primacía de Pedro” cuyo palabra es incuestionable.
La “imagen” de la bestia es su altura y su sombra, su réplica, su copia. Además, es una organización religiosa, con la apariencia de un cordero, pero hablando con un dragón, como Satán.
Obedecer es recibir sus signos y símbolos identificativos, o su marca.
La imagen de la bestia es, por lo tanto, una gran organización eclesiástica falsa, siguiendo el modelo de estructura política de la antigua Roma Imperial, con un líder humano tan venerado que muchos le atribuyen divinidad virtual (emperadores Romanos clamaban que era dios, que era divino, en algunos casos); una organización eclesiástica que encubre muchos de sus rituales y creencias con misterios, y una organización eclesiástica con una influencia política concurrente con los gobiernos del mundo, una iglesia que es a la vez un estado, con soberanía política completa como cualquier otra nación.
Ahora puede entender la visión la bestia de diez cuernos (la resurrección final del mismo antiguo sistema llamado “Sacro Imperio Romano” siendo dirigido por la gran mujer caída.
Cómo la Falsa Iglesia Ganó Control
Desde el comienzo de la iglesia del Nuevo Testamento que Cristo fundó (Mateo 16:18), elementos tanto de dentro como fuera (Hechos de los Apóstoles 20:28-31) buscaron quitar de la verdadera iglesia de Dios, todo los remotamente relacionado con los “Judíos”.
Esto se produjo como resultado de masivos números de Paganos jocosos abrazando la Cristiandad, muchos de ellos queriendo aferrarse a las antiguas y paganas tradiciones.
El Nuevo Testamento, particularmente los escritos de Pablo y las “cartas a las iglesias” en Apocalipsis 2 y 3, es una historia de la erosión de la fe original; de ataques de Judaizantes, que no podrían parecer aceptar el concepto de circuncisión, y que deseaban imponer los principios del Judaísmo, no de la Cristiandad, sobre nuevos conversos (1ª Carta a los Corintios 7:18-19).
Continuamente, la novata iglesia del Nuevo Testamento es vista luchando contra los perseguidores del gobierno; los líderes de las sectas religiosas Judías; las apostasías internas y los ataques exteriores.
La carta de Pedro a los Galateos maravilla por la prontitud con la que ellos han escuchado “otra Buena Nueva”, y oído sobre “otro Jesús” (Galateos 1:6-8). Él reprocha a los Corintios, quienes, venerando sus costumbres paganas, han cambiado la Pascua por una noche de parranda Bacanal, quienes toleraron el incesto dentro de sus rangos. Él se defiende continuamente de “falsos apóstoles” que exhiben su “Judaísmo” a la gente (2ª Carta a los Corintios 11-12).
Judá, el libro siguiente el último del Nuevo Testamento, hace un llamamiento a verdaderos Cristianos para que vuelvan a la “fe ya entregada” mostrando cuan lejos ha progresado la apostasía. Judá es una clara advertencia contra falsos maestros que veneran los misterios paganos; habiendo usado codicia, parrandas, promiscuidad sexual en sus servicios religiosos, exactamente igual que los curas paganos funcionaron como “templo de prostitución”, clamando que tales actividades eran simbólicas a la concordancia con la deidad.
Para cuando Juan escribió el libro del Apocalipsis, probablemente entre el 91 y 92 DC., la apostasía estaba casi completa.
En el segundo y tercer capítulos, en las cartas a las iglesias, verá las iglesias plagadas de falsas doctrinas, falsos líderes religiosos, falsas prácticas, una iglesia inyectada de paganismo.
Los Hechos 8 y otras escrituras identifican un hombre que habría emergido para convertirse en el mayor líder de esta apostasía; un hombre que se habría disfrazado de “Pedro” de Roma, Simón el Mago, o Simón el Mágico. Su historia requeriría una investigación con la misma longitud de un libro entero. Sin embargo, pasa por la historia, y no es relevante hoy en día, excepto como un predecesor del falso profeta final.
Pablo escribió sobre la incipiente apostasía, y clarifica que un falso profeta emergerá en los últimos días previos a la Segunda Venida de Cristo.
“Que nadie los engañe de ninguna manera. Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición,
“el Adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios [un templo que aún está por construir en Jerusalén], presentándose [clamándose] como si fuera Dios.
“…Ya saben qué es lo que ahora lo retiene [aguanta, resiste, Pablo está hablando de sí mismo, como uno que estaba “obstaculizando” esta apostasía creciente], para que no se manifieste sino a su debido tiempo.
“El misterio de la iniquidad [era una religión “misteriosa”; una que condenaba el pecado, o “iniquidad”] ya está actuando. Sólo falta [refrena] que desaparezca [continúe refrenando] el que lo retiene” (2ª Carta a los Tesalonicenses 2:1-7).
Aquí vemos al líder humano religioso que se acomodará dentro del templo en Jerusalén y realmente clamará ser divino, clamará ser Dios.
La expresión, “ser retirado del camino” es el sujeto de alguna disputa. El verbo Griego es ginomai, que lleva la connotación “llegar a ser”. La lectura preferida podría bien ser, “hasta que él ‘llegó a ser’” o “se hizo evidente para quien él es”, en vez de la referencia a Pablo, como quien sería eliminado por la muerte, o “ser retirado del camino”. De cualquier forma, el significado deja claro que Pablo era una de las restantes últimas influencias contra la apostasía virtual total en la iglesia temprana; que tras su muerte no habría nadie más en el mundo occidental que se resistiera a ello.
Además, las escrituras de Pablo fueron también proféticas, ya que él hizo referencias al final de los tiempos, y no sólo los años siguientes a su muerte.
Gradualmente, la iglesia visible de los siglos primero y segundo cambio dramáticamente. Poco a poco fueron adoptadas costumbres puramente paganas. Los paganos que llegaban a la iglesia traían con ellos sus supersticiones, sus variadas vacaciones y cumplimientos.
Clérigos liberales, incluso deseosos de más dinero y poder, de grandes seguidores, permitieron estas costumbres paganas, vistiéndolas con las vestimentas “Cristianas”. Algunos de estos líderes hambrientos de poder ganaron control de la propiedades físicas de la iglesias ejerciendo autoridad autocrática sobre la gente. Juan escribió sobre un “Diótrefes”, que deseaba poder y que “sacó” de esa congregación local a los verdaderos creyentes, reteniendo sólo a aquellos que se habían prostituido, espiritualmente, al poder humano corrupto (3ª Carta de Juan).
La Pascua finalmente reemplazó la Pascua Judía. El Domingo reemplazó al Sábado. La Navidad oscureció el momento de la concepción de Cristo. Para el Concilio de Nicea en 325 D.C., los verdaderos Cristianos fueron solemnemente advertidos contra la “Judeización” por continuar obedeciendo a Dios en mantener Sus Sábados, o siguiendo el ejemplo de Cristo de mantener la Pascua Judía el 14 de Nisán; en su lugar, fueron obligados a observar el festival puramente pagano de “Ishtar”, en honor a la diosa de la fecundidad y el sexo; una celebración primaveral caracterizada por conejos de rápida reproducción, los símbolos de los huevos, y otras “parnafernalias” místicas.
Desde aquel momento hasta ahora, el profesante mundo “Cristiano” ha seguido a la gran iglesia apóstata. Millones de personas han cumplido con “Ishtar” (“Easter” pronunciado hoy) con conejos y huevos, mirando al sol naciente en el este, y comiendo “hot cross buns” (de bous, or boun, significa el símbolo de Tauro, el toro Tammuz, o Nimrod), y revelando una celebración pagana que ha sido vestida con ropas “Cristianas”.
A menudo, los millones de adheridos a esta “misteriosa” religión pagana, ahora disfrazada de “Cristiana”, habrían dado lugar al requerimiento de reyes y emperadores para reconocer el poder de la iglesia, o sufrir las consecuencias, la pérdida segura de leyes, y quizás la pérdida de sus vidas.
La Verdadera Iglesia de Dios Nunca Entra en Política
Dios solemnemente advirtió a Su gente que nunca tomara parte de esta misteriosa religión Babilónica; que no participara en sus intrigas, sus metas políticas, sus guerras, o sus sistemas políticos.
“Oí otra voz que venía del cielo y decía: ALÉJATE DE ELLA, PUEBLO MÍO, no sea que te hagas cómplice de su maldad y tengas que compartir sus castigos; porque sus pecados se han apilado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades” (Apocalipsis 18:4-5).
El 18º capítulo del Apocalipsis detalla cómo el poder de la bestia de las diez naciones finalmente “odiará a la prostituta” y destruirá completamente esta falsa iglesia, llevando a la muerte innumerables cientos de sus oficiales y sus gentes. Dios finalmente recompensará a esta vieja, fea y tambaleante dama de la religión, a este perseguidor y torturador del pueblo de Dios, con las más ácidas sobras de la copa de la ira. Esto es por lo que Dios advierte a su pueblo de renunciar a esta misteriosa religión, para que no reciban sus plagas.
Cristo había instruido a sus discípulos, “Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí.
“Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, él mundo los odia” (San Juan 15:18-19).
Él continuó, en Su rezo al Padre justo antes de Su muerte y resurrección, “Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
“No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno.
“Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (San Juan 17:14-18). Pero la falsa iglesia es mucho más de este mundo. Es un sistema político, enviando embajadores a todas las naciones, funcionando como un gobierno. Su líder siempre ha conseguido favores de reyes, primer ministros, presidentes, emperadores; ha conseguida ser aceptado y apreciado por ellos, y ha conseguida influenciarlos.
Pero Jesús dijo, “Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí” (San Juan 18:36).
Juan escribió, “No amen al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
“Pues de toda la corriente del mundo ?la codicia del hombre carnal, los ojos siempre ávidos, y la arrogancia del éxito? nada viene del Padre, sino del mundo.
“Pasa el mundo con todas sus codicias…” (1ª Carta de Juan 2:15-17).
La palabra “mundo” es el cosmos, que significa la civilización, las agrupaciones comunales; ciudades, gobiernos del mundo, la sociedad con todas sus costumbres, y conceptos religiosos y filosóficos.
Los siervos de Dios son “ciudadanos” del Reino Celestial de Cristo, el Gobierno de Dios. Son como “residentes temporales” en este mundo (1ª Carta de Pedro 2:9-12), como “extranjeros y peregrinos”, como viajeros en un país extranjero, teniendo ciudadanía no indígena.
¿Lucharía un Americano, viajando por Iraq, en la guerra de Iraq contra Irán, o América? ¿Votaría un Bretón, viajando por África, en las elecciones africanas, se uniría a organizaciones militares africanas o guardaría la brujería tribal o el vudú?
Por lo tanto, Dios ordena a Su verdadera iglesia que “acepte cada ordenanza del hombre por el amor a Dios: aunque sea el rey como supremo; “ a los gobernadores, porque él los envía para castigar a los que obran mal y para animar a los que obran bien” (1ª Carta de Pedro 2:13-14). Así los siervos de Dios serán modelos en obediencia a la ley, respeto a la autoridad, y gratificación para las libertades y deseos de los gobiernos bajo los cuales viven. Ellos obedecerán a aquellos gobiernos en todo momento excepto cuando tal gobierno civil entre en conflicto con la corte superior del cielo.
En tal caso, los siervos de Dios deben obedecer a Dios primero, y después humildemente aceptar cualquiera que sea el castigo que el gobierno civil les imponga.
Pedro y los apóstoles dijeron a las autoridades durante su día, “Debemos obedecer a Dios en lugar de a los hombres” (Hechos de los Apóstoles 5:29).
La verdadera iglesia de Cristo nunca llegó a ser un gran sistema político. Nunca cayó bajo la norma absoluta y dictatorial de un hombre, clamando ser el “representante directo” de Cristo; clamando no tener iguales sobre la tierra, sino ser el único líder humano bajo Cristo.
Esta es una de las muchas blasfemias de las cuales la gran falsa iglesia es culpable. Cualquier ser humano atribuyéndose a sí mismo tales nobles poderes es una pestilencia en los orificios nasales de Dios, y seguramente contestará en base a la enormidad de su estupidez.
Fauccett dice, “ Como Antíoque Epífano, el Anticristo del tercer reino [Daniel 8], fue el enemigo personal de Dios; así el Anticristo final del cuarto reino [el poder de la bestia final], su antitipo debe ser. La iglesia ha llevado a cabo una persecución pagana y papal; allí se mantiene para ella una persecución infiel…Él, como Papismo, no se sustituirá meramente por Cristo en nombre de Cristo, pero “Negará al Padre y al Hijo” [1ª Carta de Juan ii.22]. La persecución continuará hasta la segunda venida de Cristo (Critical and Experimental Commentary, Vol. IV, p. 422).
Este falso profeta reclama autoridad absoluta sobre sus seguidores. Ellos pueden no tener acceso directo a Cristo, y a través de Cristo al Padre, de acuerdo con su falsa doctrina. Sólo cuando esta gente permanece en buenas gracias, se mantienen subsirvientes, sin preguntar, ciegos seguidores de él pueden ser considerados “en el cuerpo”, y considerados como teniendo una relación espiritual con Dios.
Por lo tanto, el falso líder humano piensa usurpar el gran Sacerdocio del Propio Cristo. Él enseña que ningún hombre o mujer se puede acercar a Dios directamente a través de Cristo. Siempre deben ser canalizados a través de este líder humano único. Finalmente, este ego blasfémico y pomposo aumentará hasta tal punto que este gran falso profeta hará la blasfémica afirmación de que él “es Dios”.
Ahora, note como esta gran falsa iglesia, la “imagen” de la bestia, serán cómplices en dar lugar a la Gran Tribulación sobre la elección de Dios.
El “Yugo” de la Falsa Iglesia
La profecía de Isaías identifica a la gran falsa iglesia como el mayor perpetrador de la tribulación; el cautiverio de las diez tribus de Israel: “Me había enojado con mi pueblo y había rechazado a los míos. Los había entregado a tus manos…” (Isaías 47-6).
Esta es la mujer caída; la falsa iglesia, que alardea de que ella es la “señora de los reinos”, y “no sufrirá la pérdida de hijos” que salieron de ella, en protesta.
No hay ningún “rapto” dibujado aquí. En su lugar, justo como Cristo predijo; como todas las profecías claramente anunciaban, la tribulación es acompañada por un vasto martirio de santos (Apocalipsis 13:7; Mateo 24:9).
Continuamos, “…pero tú no tuviste compasión y, sobre el anciano, hiciste caer tu yugo aplastante” (Isaías 47:6).
Recuerde, la bestia el falso profeta son cómplices en el martirio de la gente de Dios, y del cautiverio de las diez tribus de Israel y Judá.
Note que no es sólo la gran falsa iglesia quien extiende su yugo sobre el pueblo de Dios. “Oh pueblo mío, que vives en Sión, no le tengas miedo a Asur, que te da de palos, o que te pega con su bastón, como hacía Egipto…Entonces, la carga se caerá de tu espalda, su yugo dejará de pesar en tu cuello, y la abundancia reemplazará la opresión” (Isaías 10:24-27).
El “ungimiento” hace referencia a la Segunda Venida de Cristo.
Isaías dice, “Al mismo tiempo [el tiempo del final; el tiempo de la venida de Cristo], el Señor volverá a tender su mano para rescatar al resto de su pueblo, a los que todavía queden en Asur…Así tendrá un camino el resto de su pueblo que haya sobrevivido en el destierro de Asiria, DEL MISMO MODO QUE LO TUVO ISRAEL CUANDO SALIÓ DE EGIPTO” (Isaías 11:11-16).
Pero cuando las diez tribus de Israel fueron cautivadas por Asur en 721-718 A.C., su Biblia no dice nada de que volvieran. Nunca hubo un ÉXODO milagroso desde el antiguo Asur. En su lugar, cuando Babilonia subyugó Asur, los Israelíes cautivos siguieron a sus anteriores captores dentro de Europa y hacia Escandinavia y las Islas Británicas.
Ellos desaparecieron, durante mucho tiempo, de la historia. Unas pocas pistas quedan, y su identidad puede ser descubierta, pero tal evento descrito en Isaías 11 aún no ha tenido lugar. Claramente, esta profecía está establecida en el tiempo de la venida de Cristo.
¿Dónde está la moderna Israel, la Casa de Israel, no sólo la Judía? En cautividad, bajo el yugo tanto de una nación moderna que representa al antiguo Asur, como la falsa iglesia. En otras palabras, Israel está bajo la cautividad del poder de la bestia y del falso profeta.
Este falso profeta es el “pequeño cuerno” de Daniel, el gobierno que finalmente gobernó sobre las restantes siete cabezas del Imperio Romano.
Este “pequeño cuerno” de la profecía de Daniel es el papado, que destronó tres reinos que habían quedado al cargo de Roma, generalmente se cree que había sido los Vándalos (429-533 DC), los Heruli bajo Odoacer, desde la caída de Roma en 476 hasta 493, y los Godos occidentales desde 493 hasta 554 DC, cuando el General Belisario retomó Cartago.
La influencia del papado fue fundamental en destronar estos reinos, y establecer la “Restauración Imperial” de Roma en 554.
Ahora, el “pequeo cuerno”, hablando grandes cosas, pensando en “cambiar tiempos y leyes” (establece el calendario del Domingo, y dogmas problemáticos), domina las restantes siete cabezas de la “bestia”. Estas fueron las sucesivas cabezas del también llamado “Sacro Imperio Romano”, culminando con la débil resurrección del mismo sistema bajo Hitler y Mussolini durante la 2ª Guerra Mundial.
Mussolini llamó a su gobierno el restablecimiento del “Sacro Imperio Romano”. Faucett admite, “El Impero Romano no representaba una continuación del imperio de Alejandro; pero el Imperio Germánico se llama a sí mismo “el sacro imperio Romano” (Critical and Experimiental Commentary; Vol. IV, p. 419, énfasis propio). El “Sacro Imperio Romano” era Germánico, no Italiano.
Incluso los tres primeros reyes, destronados por el “pequeño cuerno” fueron pueblos “Teutónicos”.
Juan dijo, “La bestia que has visto era, pero ya no es. Sube del abismo [un abismo simbólico, significa origen satánico], pero camina hacia su perdición [así esta es la bestia final que es finalmente destruida por la venida de Cristo]” (Apocalipsis 17:8).
El líder de esta gran falsa iglesia es el FALSO PROFETA de la profecía de la Biblia, el ANTICRISTO.
Él es el “pequeño cuerno” de Daniel. Él es el “hombre del pecado” de la 2ª Carta a los Tesalonicenses 2. Él es la “abominación de la desolación” PERSONIFICADA, él es el único que realmente se sentará en el templo de Dios, haciendo la blasfémica afirmación de que él es Dios.
¿Recuerda cómo Dios dice que la imagen de la bestia, la falsa iglesia, tendrán poderes satánicos para llevar a cabo milagros para engañar y embaucar a millones de personas?
Note, “y entonces se manifestará el Impío [malvado], a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el resplandor de su Venida.
“La venida del Impío será provocada por la acción de Satanás y está acompañada de toda clase de demostraciones de poder, de signos y falsos milagros,
“y de toda clase de engaños perversos, destinados a los que se pierden por no haber amado la verdad que los podía salvar.
“Por eso, Dios les envía un poder engañoso que les hace creer en la mentira…” (2ª Carta a los Tesalonicenses 2:8-11).
El falso profeta se sentará en un templo. Él afirmará ser “divino”. Él llevará a cabo tales maravillas, milagros, signos misteriosos que millones de personas serán convencidas. VENERARÁN a este hombre, lo adorarán como si fuera el VERDADERO DIOS.
Una de las primeras cosas que Cristo cumplirá inmediatamente después de Su venida a la tierra será destruir a este gran, mentiroso, pomposo y blasfémico falso profeta. “Pero la bestia fue capturada y con ella el falso profeta que había realizado maravillas al servicio de la bestia, engañando con ellas a los que ha bían aceptado la marca de la bestia y a los que adoraban su estatua. Los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre” (Apocalipsis 19:19-21).
Qué Esperar
En resumen, entonces, Cristo específicamente dijo que esta gran “Abominación a Dios que causaría una terrible destrucción y desolación”, se situaría en el lugar sagrado, donde no debería.
El templo aún se mantenía cuando Cristo pronunció esas palabras. Sus oyentes sabían exactamente a qué parte del templo se refería: la parte más recóndita del templo, llamado el “lugar sagrado”, que era el lugar de las ofrendas diarias de los curas, y el “sagrado de los sagrados”, detrás del velo, dentro de donde los curas entraban solamente una vez al año, en el Día de la expiación.
Pablo dice claramente “el hombre de pecado” se sentará “en el templo de Dios”.
Pero a día de hoy, no hay templo en Jerusalén.
Además, tensiones internacionales más importantes ocurren cuando entusiastas judíos sionistas marchan a los muros del templo, intentando dejar una esquina de piedra simbólica para la construcción de otro TEMPLO.
El odio virulento de los Árabes hacia los Judíos tiene sus orígenes parcialmente en la intención de muchas sectas Judías derechistas de destruir la cúpula de la Roca y la mezquita Al Aksa, para abrir camino a la construcción de otro templo Judío.
Cuando tal edificio se construya, debería estar prevenido de que los hechos finales contados en este artículo están MUY CERCA.
Considere: Tal evento probablemente uniría las naciones Árabes como ningún otro evento. Una gran guerra para los Árabes podría haber presenciado la destrucción de dos de sus más veneradas mezquitas, lugares sagrados para todo el Islam.
Se podrían unir, como nunca antes, y su líder sería probablemente el “rey del sur” de Daniel 11:40-45.
Para “hacer las cosas difíciles” al “rey del norte”, quien nosotros creemos que es el poder dela “bestia”, o una Europa Unida, este líder Árabe podría cortar toda la energía a Europa. Esto provocaría una respuesta militar inmediata como el capítulo 11º de Daniel muestra.
Si ve una combinación de diez naciones en Europa, probablemente llamada “Los Estados Unidos de Europa”, interviniendo de repente en el Medio Oriente; si ve la cabeza de una gran iglesia universal declarando que va a MOVER EL VATICANO A JERUSALÉN, que la “única verdadera iglesia” va a volver a su LUGAR DE NACIMIENTO; si los ve declarando que jerusalén debería convertirse en un corpus separatum, o una ciudad abierta, internacionalizada, exenta de acción militar, y después OCURRE QUE LO CONVIERTEN EN VERDAD; si ve milagros llevados a cabo; iglesias mayores; incluyendo algunas iglesias ya formadas volviendo al cobijo de su madre; si ve a este hombre pronunciando grandes y pomposas declaraciones, aceptando la aclamación de MILLONES DE PERSONAS como el hombre QUE SALVÓ AL MUNDO DE LA DESTRUCCIÓN NUCLEAR; si lo ve adorado como Cristo, aclamado como si fuera “Dios”, entonces ESTÁ ADVERTIDO.
Entonces, cuando usted vea tales hechos ocurriendo debería saber que la Gran Tribulación ESTÁ COMENZANDO.
Debería una estatua famosa que millones de personas han besado, una estatura de bronce ennegrecida de una figura de una casta extrañamente Bizantina o Grecia, una que es supuestamente el “Pedro” de Roma ser trasladada dentro del templo; debería este hombre acomodarse dentro del templo, entonces usted habrá visto LA ABOMINACIÓN TOMANDO POSICIÓN; y una DESTRUCCIÓN horrible e inimaginable vendrá inmediatamente después.
Las consecuencias de todo esto para los Americanos, Británicos, Australianos, Canadienses, Sudafricanos, las democracias de la Europa del Noroeste, serán inimaginables.
Dios puede ayudar a aquellos cuyas mentes están abiertas a entender, como Cristo dijo. Dios puede ayudarle a llamarle a filas por los cambios que usted SABE que necesita hacer en su vida, para arrepentirse de sus pecados, para llamar a filas a Cristo como Salvador, y para convertirse en parte de Su propio cuerpo, el organismo espiritual que es Su verdadera iglesia.
Cristo dijo, “muchos son llamados, pero pocos son elegidos”. ¿Le ha llamado Dios? ¿Es una casualidad que usted haya leído estas palabras de testimonio y advertencia? ¿O está Dios Mismo trabajando en su vida a propósito? Piense en ello. Entonces, rece sobre ello, mientras aún haya tiempo.
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La intención de esta publicación es que sea usada como herramienta de estudio personal. Por favor, sepa que no es sabio aceptar la palabra de nadie porque sí, así que compruebe todas las cosas por sí mismo en las páginas de su Biblia.
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